Con Amor, Sara

Con Amor, Sara

¡Buenas, chicxs! Una semana más, seguimos con nuestra RONDA DE ENTREVISTAS A REFERENTES LGBTI DE EXTREMADURA. Este lunes Angy entrevista a Sara (21, Cáceres), mujer trans, activista LGBTI, amante de la música y el baile, gran gamer, defensora de la libertad y los derechos humanos y luchadora hasta el final.

¿Qué implica para ti ser una mujer trans visible en Extremadura? ¿Crees que el proceso sede forma diferente en otros lugares?
Lo que pienso sobre ser visible es que cuando lo soy, soy libre: libre de salir a la vida y ayudar a todas las personas que lo necesiten, libre de disfrutar de mi transexualidad, que cada día avanza más y mejor, de verme bien… Para mí, ser visible es ser feliz, y gracias a ser visible
conozco a grandes personas.
Creo que en otros lugares la transición podría vivirse de forma diferente. Por ejemplo, en Canarias hace poco se ha aprobado una Ley Trans que deberíamos tener en todos los lugares del mundo. Me imagino que, con esa Ley, las personas trans estarán pasándolo mejor, y me alegro de que así sea. Confío en que se apruebe una ley así en todas partes para que todxs podamos ser felices.

¿Qué fue lo que te llevó a dar el paso de salir del armario y empezar a socializar como mujer trans? ¿Cómo reaccionó tu familia?
Siempre digo que tengo que agradecer el haber dado a este paso a “Los Javis” y a su serie “Veneno”. Ellos contrataron a la maravillosa actriz Lola Rodríguez, que cambió muchísimo mi cabeza: me quitó el miedo y me veía reflejada en ella al verla. Cómo sufre al principio y cómo
ves después a toda una mujer… yo lo estaba pasando igual y eso me hizo pensar y empezar mi transición. Tardé un poquito en recibir las hormonas porque tuve que esperar a que me viese un psicólogo, un trámite que me parece innecesario. Pero cuando conseguí las hormonas, supe que empezaría a ser feliz.
Cuando lo conté en casa, a mi madre se le cayeron las lágrimas. Me decía que ella quería tener en casa lo que tenía antes, y yo le dije que estuviese tranquila, que siempre había tenido una hija, aunque viese una fachada mía que era errónea. Le dije: “no has perdido un hijo, has
ganado una hija, la hija que siempre has tenido”. Con el paso del tiempo, me fue llamando Sara. Mis hermanos también se lo tomaron genial, igual que mi padre, que era el que peor creíamos que lo iba a aceptar. Al principio le costó llamarme Sara, pero hoy día doy gracias a Dios por lo que tengo.

¿Cómo es tu día a día cuando sales a la calle? ¿Encuentras aceptación en general? ¿Alguna vez has tenido que enfrentarte a situaciones desagradables en la calle?
La verdad es que no tengo muchas quejas respecto a esto. Mi día a día suele ser tranquilo, aunque a veces me echan miradas descaradas o lascivas. Pero por lo demás, encuentro aceptación por parte de la gente. Las personas con las que me he comunicado no me han despreciado ni faltado al respeto. Me tratan como la mujer que soy, y eso siempre lo aprecio muchísimo. Gracias a Dios todavía no he vivido ningún tipo de situaciones desagradables.

¿Qué ha sido para ti lo peor de tu transición? ¿Y lo mejor?                                                                                                                                      Lo peor han sido las cosas que han salido mal a lo largo de ella, como que uno de mis hermanos me tenga bloqueada en Whatsapp. Duele que alguien de tu sangre te bloquee por ser la mujer que siempre quisiste ser, por ser feliz. Yo siempre le he querido y le voy a seguir
queriendo aunque ahora no tengamos relación, pero duele.
También creo que lo más duro para las mujeres trans en general es empezar de cero. Empezar la transición, decírselo a todos tus familiares… en mi caso, me duele que mi abuela no sepa que soy una mujer, y me da miedo que se vaya sin conocer a la nieta que tiene. Es difícil
afrontar todo eso.

Lo mejor que me llevo es la satisfacción de ser feliz por fin, de respirar, sonreír, vivir momentos y experiencias siendo libremente la mujer que siempre fui. Cuando abandoné mi fachada masculina, el rol que sentía que tenia que seguir, empecé a ser yo, y respiré y empecé a vivir.

¿Cómo te sientes ante el desabastecimiento que está habiendo con algunas hormonas, especialmente las que utilizan las mujeres trans?
Cuando sabes que hay desabastecimiento de medicamentos propios para las mujeres trans, te entra un poco el pánico de que se pudiese acabar todo por completo, dejándonos sin medicación y sin ninguna manera de recibir hormonas. A mí me iba muy bien con Climen, que es vía oral, y por la escasez he tenido que cambiarme a Lenzetto, que es un spray. Lo bueno es que tengo la información de que muchas farmacias cogen medicamentos para examinarlos en laboratorios durante 3 meses, así que confío en que pronto termine la escasez.

¿Crees que el hecho de ser una mujer trans influye a la hora de encontrar trabajo?
En mi caso, desde que empecé a hormonarme solamente he tenido un trabajo. Entregar un DNI que no quería entregar me daba mucha disforia, así que hasta que no me lo cambié no empecé a buscar trabajo. Fue una suerte porque me contrataron en el primer sitio al que fui a
preguntar, un bar restaurante de Cáceres llamado El Mariscal. Era la primera vez en mi vida que conseguía un trabajo de esta manera, y solamente quería sonreír y gritar de emoción. Además, mis compañeros son estupendos y me tratan fenomenal.
Pero, dejando a un lado mi experiencia personal, el porcentaje de mujeres trans en paro es excesivo, se cree que cercano al 90%. Es un porcentaje abusivo, y son abusivas las dificultades que tienen estas mujeres, que muchas veces acaban ejerciendo la prostitución porque no pueden obtener otro trabajo. Estamos muy marginadas y no es justo, porque solamente somos mujeres que queremos trabajar.

Aún se está luchando para que una Ley Integral Trans estatal que no deje a nadie fuera sea una realidad. ¿En qué crees que podría mejorar esa Ley? ¿Qué es lo que más te gusta de ella por el momento?
Lo primero que me gustaría mejorar es que las leyes se tramitasen más rápido, desde luego, porque hemos esperado muchísimos años para que esta Ley se hiciese realidad. Pero bueno, tengo entendido que es una realidad vista para el 2022, así que dejemos que hagan su trabajo y a ver qué pasa. También le quitaría a la Ley la restricción de edad para cambiar nombre y género en el registro civil, 14 años. ¿Por qué no 12? Si igualmente lo van a tener que hacer con una persona adulta que se haga responsable. Pero bueno, de momento es así como está.
Lo que más me gusta de la Ley de momento es que no vaya a ser necesario hormonarse para cambiarse el género en el Registro Civil. También me alegro de que vayan a prohibirse las terapias de conversión.
Eso sí, espero que las sanciones para proteger a las personas LGBTI contra la discriminación o violencia no sean una simple multa, sino que las represalias sean fuertes y vayan según haya sido el daño provocado a la víctima. En fin, ya veremos cómo acaba todo.

¿Qué consejos le darías a una persona LGTBI para poder llevar una vida feliz a pesar de las dificultades que puedan enfrentar?
Les diría que tranquilxs, que todo pasa, que hay más personas ahí fuera que a lo mejor lo están pasando peor y siguen ahí, mirándose al espejo y olvidando todo lo demás, porque están cumpliendo su sueño. Cada persona es un mundo, pero les diría que, sea lo dura que sea su situación, sigan adelante y que luchen, que si depende de ellos luchen muy duro, que van a salir de donde estén. Y por supuesto, si algún día tengo a una persona a mi lado que lo esté pasando mal, siempre le ofreceré mi ayuda.

¿Qué le dirías a una mujer trans que quiere salir del armario y no sabe muy bien cómo hacerlo?
Depende de si es por miedo a sus padres, a no estar segura… Si fuese por sus padres, le diría que con calma, que fuese encontrando el momento oportuno para decírselo tranquilamente, pero que lo tiene que decir. No puedes esconderte toda tu vida, porque entonces no vas a vivir una vida feliz y plena. Así que díselo y que pase lo que tenga que pasar, porque no vas a encontrar la palabra VIDA si ocultas quién eres. Tienes que luchar contra tus miedos y afrontar la vida que realmente quieres, sea por los motivos que sea.

 

Con amor, Sara.

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